Realidad virtual y realidad aumentada, una distinción necesaria

El desarrollo tecnológico de las últimas décadas nos ha llevado a disfrutar de avances que hace unos años no habríamos podido imaginar. Smartphones que tienen prácticamente la potencia de un PC, gadgets de vestir diminutos capaces de hacer cosas increíbles y por supuesto dispositivos de realidad virtual y de realidad aumentada que nos abren un nuevo mundo de posibilidades.

Como sabemos la realidad virtual ya está aquí, y en contra de lo que auguraban los más pesimistas ha llegado para quedarse. Por contra la realidad aumentada tiene todavía que dar algunos pasos más, sobre todo teniendo en cuenta la etapa en la que se encuentra su máximo exponente hoy por hoy, las HoloLens de Microsoft, pero no hay duda de que resulta igualmente prometedora.

Estas tecnologías se han integrado desde sus inicios en lo que conocemos como HMDs (Head Mounted Displays, o “Pantallas Montadas en la Cabeza”), dispositivos que también han avanzado enormemente, de hecho basta ver el paso de gigante que hay desde la Virtual Boy hasta las actuales Oculus Rift, y que nos abren las puertas a un futuro lleno de posibilidades en el que podremos disfrutar de experiencias únicas-

Sin embargo no todas las HMDs son iguales y por ello hemos querido hacer este artículo especial, en el que distinguiremos los tres grandes tipos de HMDs que se pueden encontrar actualmente en el mercado, algo que esperamos que os permita tener claro cuál se adapta mejor a vosotros. Como siempre podéis dejar cualquier duda en los comentarios.

HMDs estándar con pantallas LCD


Representan la categoría más básica, y también la más económica para el usuario, algo que obviamente también tiene consecuencias en las experiencias que son capaces de transmitir.

Dentro de este grupo entran la Cardboard de Google y todo aquello que se base en la misma idea, un simple soporte de cartón o cualquier otro material con lentes sobre el que se monta un dispositivo con pantalla LCD.

Con esta simple descripción ya os imagináis cómo es la experiencia que tendremos con este tipo de accesorios, “casi” la misma que pegándonos el dispositivo LCD a los ojos, con la ventaja de que no tendremos que sujetarlo con las manos y la pequeña mejora que aportan las lentes integradas.

Puede parecer exagerado, pero eso es en esencia lo que ofrecen, ya que carecen de cualquier tipo de complemento tecnológico que ayude realmente a mejorar la experiencia en sentido amplio, por lo que es un nivel muy sencillo.

Con todo, y siendo justos, hay que decir que los kits de desarrollo que liberó Google permitieron crear experiencias bastante aceptables para las Cardboard, aunque en este caso el 99% del mérito estaba en el software.

Realidad virtual


Hablamos de kits que cuentan normalmente con una pantalla integrada y un hardware propio que se encarga de llevar a cabo las tareas necesarias para asegurar una auténtica experiencia de realidad virtual, ya sea de forma independiente o dependiente de otro dispositivo. Como ejemplos claros tenemos las Oculus Rift y las HTC Vive, ¿pero qué es exactamente la realidad virtual?

Cuando hablamos de la idea de realidad virtual estamos haciendo referencia a algo capaz de “transportarnos” a otra realidad, a otro mundo, y que no sólo creamos que realmente lo estamos viendo, sino que además podamos interactuar de forma natural con él.

Para entenderlo mejor basta pensar por ejemplo en aquellas demos sencillas de realidad virtual en las que por ejemplo recorremos una zona ajardinada y podemos mirar a nuestro alrededor moviendo la cabeza de forma natural, pero también hay otras mucho más complejas, como por ejemplo uno de los primeros juegos de Oculus Rift, en el que encarnamos a un águila y “podemos volar” libremente por una ciudad entera.

La clave está en la inmersión y la interacción, en la realidad virtual es casi como si “cambiáramos de mundo”, dejando a un lado nuestra realidad habitual para entrar en otra con la que podemos interactuar “de verdad”, y de forma casi totalmente natural.

Con esto en mente podemos pararnos a pensar un segundo en las posibilidades que ofrece y nos daremos cuenta de que bien implementada son enormes. Desde videojuegos altamente inmersivos y realistas hasta prácticas profesionales en simulaciones hiperrealistas, pasando incluso por viajes virtuales a cualquier rincón del mundo.

No podemos terminar sin hablar de los complementos externos. La realidad virtual da lo mejor de sí cuando se ve apoyada por el entorno y por accesorios o personas presentes en él, ya que ello mejora muchísimo su capacidad de inmersión e incluso le permitiría transmitir sensaciones más allá de la simple visión.

Podemos poner un ejemplo sencillo recuperando el juego del águila sobre el que hablamos anteriormente. Si rodeamos al jugador de ventiladores de cierta potencia y utilizamos esencias de olores el realismo al volar se multiplicaría.

Realidad aumentada


Ya os adelantamos que el máximo exponente de la realidad aumentada son las HoloLens de Microsoft, aunque lo cierto es que la misma no es algo nuevo en ciertos sectores, como por ejemplo el militar.

A diferencia de la realidad virtual la aumentada no busca llevar al usuario “a otro mundo”, sino que lo mantiene en su entorno pero lo potencia, lo mejora, aplicando elementos irreales sobre el mundo real.

El usuario puede interactuar con esos elementos, aunque al igual que ocurre con la realidad virtual él es el único que puede verlos, y por tanto tratar con ellos. Puede sonar menos interesante que la realidad virtual, pero no lo es en absoluto.

Con la realidad aumentada es posible aplicar manuales sobre objetos cotidianos, de manera que los mismos nos ayuden a utilizarlos, pero también podríamos visualizar indicaciones al recorrer un determinado camino que nos lleven sin problema a nuestro destino, crear prototipos de un producto que estemos diseñando e interactuar con él o incluso llevar nuestros juegos favoritos a nuestro mundo, generado enemigos sobre un escenario real.

Estos son sólo algunos ejemplos del enorme potencial que atesora la realidad aumentada, algo que ya hemos podido ver en las primeras demostraciones de HoloLens que ha llevado a cabo Microsoft.

Notas finales


Ya sabemos qué diferencias hay entre la realidad virtual y la realidad aumentada, conocemos sus puntos fuertes y podemos sacar en claro que la primera implica un mayor aislamiento que la segunda, pero también facilita una mayor inmersión.

Por contra la realidad aumentada no tiene mucho que envidiar a la realidad virtual, en contra de lo que todavía creen algunos, y puede dar también mucho juego, aunque quizá sea una tecnología más adecuada para el sector profesional que para el de consumo general.

Es una cuestión de gustos en cualquier caso, y por ello os dejamos una pregunta sencilla pero interesante, ¿realidad virtual o realidad aumentada?

Fuente: Muy Computer