El mítico discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford

«La verdad sea dicha, yo nunca me gradué. Esto es lo más cerca que he estado de una graduación universitaria». Con estas palabras, que dieron la vuelta al mundo, comenzaba Steve Jobs, el emotivo discurso que dirigió a los alumnos que se graduaban en la Universidad de Standford en 2005. Hoy, seis años después, Steve Jobs, el hombre que en 1976, con 21 años, vendió su furgoneta Volkswagen para fundar Apple Computer Company, ha anunciado que abandona la empresa de su vida y las palabras de entonces cobran un significado especial.



El fundador de Apple advierte en su discurso que va a contar a los presentes tres historias de su vida: una sobre «conectar los puntos», otra sobre «el amor y la pérdida» y la última sobre «la muerte».

En su primera historia Jobs explica cómo dejar la universidad y hacer un curso de caligrafía le sirvió años después para diseñar «la computadora con la tipografía más bella», que le llevó a la gloria. «No tenía ni idea de que quería hacer con mi vida y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo. Decidí dejarlo y confiar en que las cosas saldrían bien», explica. Y efectivamente, asegura que visto con perspectiva, es «una de las mejores decisiones» que pudo haber tomado.

Una historia que se repite en cierto modo en la segunda etapa de su vida. En lo más alto fue despedido de la empresa que había fundado, pero lo que en un primer momento le produjo la horrible sensación de ser un «fracaso público», se convirtió en una oportunidad de ser más feliz. «No me dí cuenta entonces, pero resultó que el hecho de haber sido despedido de Apple fue lo mejor que me pudo haber pasado». En esa época creo Next y la exitosa productora Pixar. 

El amor y la muerte

 

«Deben encontrar lo que realmente les apasiona. El trabajo les llenará una parte importante de sus vidas, y la única manera de sentirse realmente satisfecho es realizar lo que consideran un gran trabajo», aconseja Jobs a los recién graduados. Su filosofía es una sencilla aunque a veces complicada fórmula: «El único modo de realizar un gran trabajo es amar lo que uno hace. No sean conformistas».

La tercera parte de su discurso versa sobre la muerte. Entonces, acababa de superar un cáncer de páncreas. «Recordar que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones en la vida», asegura. «Casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo temor a la vergüenza o al fracaso – todas estas cosas simplemente desaparecen al enfrentar la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante», advierte al joven público.

Destaca la importancia de ser valientes para seguir los dictados del corazón y la intuición y termina parafraseando un texto de «The Whole Earth Catalog» que resume el origen de su triunfo: «Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito».

Fuente: ABC