Así fue como el Amiga, el mítico ordenador de Commodore, estuvo a punto de acabar en las manos de Atari, su principal competidor
Lo suyo era la microelectrónica. Jay Miner, el auténtico protagonista de este artículo, aterrizó en las filas de Atari a finales de los años 70, justo en la época en la que a la compañía que Nolan Bushnell y Ted Dabney fundaron en el 72 empezaban a irle realmente bien las cosas. Miner se había licenciado en Ingeniería Eléctrica en Berkeley casi dos décadas antes, pero sus primeros pasos como diseñador de circuitos integrados los dio en la industria médica. Una vez en Atari, Miner no tardó en despuntar. Bushnell tuvo buen ojo y lo asignó al equipo de trabajo que estaba poniendo a punto el hardware de su nueva consola de videojuegos, la 2600, y Miner respondió. En relativamente poco tiempo fue capaz de transformar la maraña de cables y placas de circuito impreso que se encargaban de generar los gráficos y enviar la señal al televisor en un único circuito integrado llamado TIA (Television Interface Adapter). Atari 2600 fue un éxito rotundo, pero la historia de Jay Miner no había hecho m...