Siete hábitos de los CEOs tecnológicos altamente eficientes
Steve Jobs, Bill Gates, Larry Ellison, Thomas Watson Jr., Gerstner
Louis... Todos ellos han sido o son líderes de las más importantes
compañías del sector TIC, las cuales han manejado gracias a una serie de
habilidades únicas que les llevaron al éxito.
Nadie es perfecto, aunque algunos andan cerca de esa utópica
consideración. Y en el sector tecnológico, tan dado a encumbrar a
grandes nombres propios a la categoría de dioses, nos encontramos con
personajes que lograron el éxito en proyectos y empresas en que otros
habrían fallado.
Thomas Watson Jr., Steve Jobs, Gerstner Louis, Bill Gates... No existe
un CEO tecnológico perfecto pero sí una serie de rasgos que les ayudan a
sacar el máximo provecho de ssus empleados, su organización y de sí
mismos.
1. Construir un equipo leal
Esta es una característica clave de un CEO exitoso: Cuando el CEO diga
"A saltar", los empleados deben estar ya a un par de pies del suelo. Los
altos ejecutivos pueden discutir y tener posturas encontradas, pero el
auténtico líder tiene un equipo que lo apoya en sus decisiones, en lugar
de estar de espaldas buscando el momento de clavar la puñalada.
Si Carly Fiorina fracasó en Hewlett-Packard, fue porque parecía no
saber cómo construir y mantener un equipo de ejecutivos leales y, por
ello, su salida fue impulsada en gran parte desde dentro de la propia
organización.
2. Entender el poder de la percepción
Aunque muchos consideran a Steve Jobs como el gran gurú en este campo
(especialmente tras la histórica campaña "I am Mac"), Gerstner es el
verdadero maestro de esta técnica. Él fue quien contrató a un increíble
equipo de marketing que logró cambiar la forma en que el mercado
percibía la imagen de IBM, mucho antes de que la propia empresa pudiera
adaptarse a la nueva imagen que generaba.
Ninguna empresa es enteramente buena o totalmente mala. Incluso una
empresa con problemas puede parecer que tiene éxito si se hace hincapié
en los logros y se minimizan los errores. Sin embargo, muchos de los CEOs
no asumen el poder de la percepción de la compañía, como Carol Bartz
quien duró menos de tres años en Yahoo.
En el otro extremo, los CEOs pueden aventurarse demasiado lejos de la
realidad y simplemente destruir la credibilidad de la empresa.
3. Nunca subestime el poder de la inteligencia
Aquí debemos remontarnos a Sun Tzu, quien defendía que la inteligencia
era el recurso más importante de un general. En el sector tecnológico,
el que mejor entiende este poder es Joe Tucci, CEO de EMC, empresa que
emplea técnicas de análisis de datos para comprender mejor (e incluso
adelantarse) a sus clientes, socios e incluso los clientes de sus
socios.
Con demasiada frecuencia en estos días, nos vemos rodeados de gente que
le dice al CEO lo que éste quiere oír. Dado que la tendencia a la
confirmación es común, eso es mortal. John Akers, exCEO de IBM , fue el
gran exponente de este paradigma. Aunque en realidad no fue su culpa, ya
que fue la tendencia a no darle las malas noticias al CEO la que casi
mata a la empresa.
Si usted no sabe lo que realmente está pasando con sus empleados,
clientes, competidores o en el mercado, ya no se pregunte si va a
fracasar. Pregúntese cuándo.
4. Comunicar una visión clara
Bill Gates destaca en este aspecto como uno de los CEOs que más clara
tenía su visión de futuro, aunque esta no siempre fuera la acertada. En
ese sentido, Gates siempre ha tenido claro el posicionamiento de
Microsoft en cuanto a los sistemas operativos y la ofimática, tratando
se seguir una línea muy bien definida en el campo de Internet, basada en
pilares que se han mantenido en el tiempo pese a todas las
circunstancias.
En el lado contrario nos encontramos a Netscape, empresa que cuando se
popularizó Internet llegó a ser comparada con Microsoft en cuanto a
valor y poder. Sin embargo, su CEO (Jim Barksdale) no era un visionario
de la empresa y tan sólo quería hacer un clon de los de Redmond. El
resultado es que Netscape es ahora tan sólo un recuerdo lejano de los
inicios de la Web.
5. Pensar estratégicamente en el futuro
Las empresas esperan que su actividad dure para siempre. Sin embargo esto es muy poco frecuente en la industria tecnológica.
Entre los que sí establecen planes para medir la vida de la empresa en
siglos nos encontramos en un lugar destacado con IBM, histórica compañía
cuyo roadmap y capacidad de innovación le mantienen en la cúspide de la
industria año tras año. Michael Dell también es un buen ejemplo de esta
visión estratégica, al estar llevando a cabo una importante
reformulación de la empresa (basada en adquisiciones claves y en su
salida de Bolsa) para que sobreviva en el nuevo entorno móvil y de nube.
En el lado opuesto están los pensadores más tácticos como Mark Hurd,
adorados por los analistas financieros, pero que llevan a cabo
movimientos dudosos de cara al futuro como la eliminación de la mayor
parte del presupuesto destinado al departamento de I+D.
6. Cuide a sus empleados
La enorme disparidad entre los CEOs y los empleados puede hacer que
estos no se sientan parte de la empresa y la abandonen. Y es que,con los
años, las enseñanzas de los visionarios de recursos humanos como
Abraham Maslow y Frederick Herzberg han sido en gran parte olvidadas.
Muchas empresas entran en un bucle crítico tras someterse a repetidos
planes de despidos o de menosprecio a los trabajadores. Sun Microsystems
fue el perfecto ejemplo de lo que pasa al prescindir de gran parte del
talento de la organización, que además de las salidas propiamente dichas
sufrió una falta de lealtad importante.
Por el contrario, la actual CEO de HP, Meg Whitman, es una de las
directivas que más atención está prestando al área de recursos humanos.
Acompañada de Tracey Keogh, vicepresidente ejecutivo de HP de RRHH, sus
esfuerzos singulares y estratégicos para devolver el éxito a HP por
medio de la motivación de los empleados y su capacitación son
impresionantes.
7. Sobre todo, no olvides que eres la cara de la empresa
La última habilidad clave para cualquier CEO es darse cuenta de que es
la cara visible de la empresa. Ya no vale con su trabajo personal o sus
logros individuales, ahora tiene que defender la postura y el trabajo de
muchos otros compañeros. En ese sentido, la máxima responsable de IBM,
Ginni Rometty, es una de las pocas directivas que fue entrenada
formalmente para este puesto, siendo un exponente de cómo convertirse en
la imagen fiel de la compañía a la que representa y dirige.
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